miércoles, 23 de octubre de 2013

Los carbohidratos en el entrenamiento

Parece que la cultura popular en este caso no se equivoca: todos tenemos claro que los hidratos de carbono nos aportan energía. Nos han dicho por activa y por pasiva que los hidratos de carbono para nosotros son como la gasolina para un coche, pero nadie nos ha dicho si debemos repostar diesel o gasolina. Además todos sabemos que el arroz, la pasta, las patatas, las galletas, etc. son alimentos que se convierten en carbohidratos, pero seguro que te surge una duda, ¿todos los carbohidratos son iguales? Habrás oído hablar del índice glucémico, vamos a ver si entre todos podemos entenderlo.

La transformación metabólica
Hay estudios de respuesta de la glucosa y de la insulina en el organismo humano frente a diferentes tipos de comida, y se ha comprobado que los hidratos de carbono procedentes de la pasta son los que menor incremento de la glucosa en sangre provocan. Como consecuencia, la secreción de insulina (la sustancia hormonal que los convierte en glucógeno) es más reducida.
Debemos tener en cuenta que la concentración de glucosa en sangre depende de la velocidad de digestión y absorción de los hidratos de carbono que comamos, y debemos pensar también que un organismo sano segrega insulina para contrarrestar la variación de la cantidad de glucosa en sangre.
La pasta, el alimento clave
La glucosa procedente de la pasta es liberada más lentamente que la que procede de los hidratos de carbono simples (azúcares) o de los hidratos de carbono complejos (patatas, arroz, pan blanco, etc.). Por otro lado, los niveles de glucosa que tenemos después de la ingestión de alimentos se valoran con el índice glucémico, y sabemos que los niveles altos de glucosa producen mayor secreción de insulina, lo que ocasiona a veces como respuesta una desastrosa aparición de hipoglucemia (descenso repentino de glucosa en sangre).
¿Cantidad o calidad?
Para obtener el índice glucémico de un alimento se realiza una prueba de laboratorio en la que se analiza la cantidad de energía que libera un alimento y el tiempo que dura este proceso. Los datos se plasman sobre unos ejes de coordenadas cartesianas (en el eje X se inserta el tiempo y en el Y la cantidad de energía liberada) y la curva resultante informa del valor obtenido por cada alimento. No hay que confundir cantidad con calidad: los alimentos muy ricos en carbohidratos (patatas o azúcar, por ejemplo) pueden tener un valor glucemiante elevado (superior a 50), lo que supone que provocan una respuesta del páncreas exagerada (mucha secreción de insulina). Por el contrario, los que contienen un bajo índice (pasta o frutas naturales, por ejemplo) liberan la energía durante más tiempo, favoreciendo su mayor aprovechamiento energético.
Una buena alternativa: Suplementación
Una forma excelente de controlar los hidratos que ingieres y la calidad es tomártelos en forma de batido. La calidad es excelente, se fabrica mezclando las mejores opciones que pueden haber para el perfecto hidrato que necesita el músculo.
Un buen ejemplo de estos batidos podrían ser los siguientes:
        Kargo                   Ultimate Carbs          Tortitas de avena    Avena en copos y harina
     
Barritas proteicas

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